El 'caso sin caso' de Luca Badoer

El 'caso sin caso' de Luca Badoer

Se habló, hace unos días (y de hecho desde el final del GP de Abu Dabi), de la probable caída de algunas cabezas en el seno de Ferrari.

El domingo por la tarde, en la cena de gala valenciana tras la final del Mundial de Ferrari, se creó (se) creó un caso Badoer.

Las primeras noticias hablaban de una especie de despido sin justa causa, sin ningún agradecimiento oficial (de hecho, el sitio web de Cavallino no menciona el asunto). Todo transcurrió tranquilamente para dar paso a la gran fiesta de fin de año. ¿Qué hay que celebrar entonces, considerando cómo fueron las cosas hace dos semanas...?

Posteriormente llegaron desmentidos del propio Luca, quien aclaró la situación. Dada su edad, y las pocas pruebas disponibles, era justo que su colaboración como piloto de pruebas terminara aquí y así estaba decidido desde hacía algún tiempo. Además, seguirá en el negocio de Ferrari como consultor para coches de producción, etc.

Curiosamente habíamos hablado de él (Luca) en el segundo artículo sobre Michael Schumacher, refiriéndose a su desafortunada experiencia en 2009 al volante del modestísimo F60.

Su historia es la de muchos pilotos que, muy prometedores cuando eran jóvenes, una vez llegan a la F1 no consiguen abrirse paso ni despuntar. En las categorías inferiores ganó el campeonato de karts del Véneto en 86 y el italiano en los dos años siguientes. En 1992 ganó el campeonato de Fórmula 3000 superando a gente como Barrichello y Coulthard. Su participación en el Mundial se remonta a los años 90 (1993, 1995, 1996), cuando nunca pudo lucirse y demostrar sus capacidades con vehículos como Lola, Minardi y Forti, y mucho menos relámpagos de guerra, en la pista. contrario.

Como piloto de pruebas, Luca recorrió más de 130.000 km, contribuyendo a las victorias en el Campeonato del Mundo de la era Schumacher. Tuvo la oportunidad de pilotar la Roja en carrera en dos ocasiones, pero por tiempos y situaciones la que se adelantó fue el 'peor' tiempo por diversos motivos.

1999
11 de julio, Silverstone. Michael Schumacher se sale en la primera vuelta en Stowe. Se rompe la pierna derecha, no correrá hasta fin de año (regresará a Malasia para apoyar a Eddie Irvine). Es necesario encontrar un reemplazo.
Badoer ha sido piloto de pruebas de Ferrari desde el año anterior. En 1999, corriendo con Minardi, estuvo cerca de un cuarto puesto en Nurburgring, que se desvaneció junto con su motor. Para él por fin podría ser la oportunidad de lucirse y ayudar más de cerca al equipo. Sin embargo, el piloto al que se le ha confiado el número 3 es Mika Salo, un finlandés que no es un fenómeno sino lo que se define como un "buen comerciante".
Aportará puntos útiles a Ferrari para ganar el campeonato de constructores. Luca sigue siendo piloto de pruebas, también para Salo.

2009
Una vez más su destino está ligado a una lesión (la de Massa) y a Michael Schumacher. Felipe se lesionó la cabeza en Budapest, en julio (otra vez) y esta vez también hay que elegir quién lo sustituirá. Luca es inicialmente descartado porque parece que nada menos que el Kaiser podría regresar. Evidentemente, dado el "peso" del piloto, nada que decir. Sin embargo, sucede que Schumacher tiene que, contra su voluntad, renunciar a regresar debido a un dolor en el cuello, por lo que la elección "finalmente" recae en el veneciano.

Aquí llega un primer 'error' de Ferrari. Dadas las necesidades de la afición, un mal año y el deseo de redención, es un error no informar a la afición con antelación de las condiciones en las que Luca volverá a competir. Y es que, 10 años después de la última carrera con Minardi y sin kilómetros de pruebas al volante del F60. De hecho, ya no estamos en plena fase de pruebas como en años anteriores, Luca no conoce el coche, las pruebas de años pasados ​​son un recuerdo.

En el fondo, Luca sabe bien que el desafío es difícil, si no imposible, pero se lanza a ello (pongámonos en su lugar, ¿quién no lo habría aceptado?). Lamentablemente, los resultados son predecibles y no están a la altura. Los años de ausencia son demasiados, el primer circuito (Valencia) también es desconocido y el coche y por tanto el hándicap inicial es doble. Los problemas (aunque con ligeras mejoras) se repetirán en el siguiente GP de Spa, siendo el principal problema el conocimiento del comportamiento del coche en las curvas y de la velocidad en ellas, especialmente en las rápidas. En el primer tramo, sin embargo, quienes tengan recuerdos del cronometraje en directo de aquel fin de semana podrán comprobar que su T1 en Spa estaba entre las más rápidas y que, por tanto, tenía el valor de lanzarse a fondo a la agua roja.

Otro defecto de Ferrari es la postura algo débil adoptada en defensa de Luca ante las críticas feroces e ignorantes de la prensa. Miradas avergonzadas, frases superficiales "es duro, es un trabajo duro" pronunciadas una vez conseguidos los resultados, pero sin defensas sombrías como "te subes al coche y lo intentas". Nos permitimos definir las críticas como "ignorantes" porque probablemente provienen de aquellos (la prensa) que siempre han tratado la Fórmula 1 como un trabajo y no como una pasión. Porque bastaría con ir a cualquier pista de karts, tener el mejor momento comunicado e intentar pilotar para intentar batirlo, para entender que la F1 no es un videojuego para jugar cómodamente en casa y mucho menos algo que "hasta los monos sabe conducir". ” (cita célebre de Niki Lauda, ​​así como fue famoso su posterior intento de conducir un Jaguar hace unos diez años).

Volviendo a Badoer, la suma de todos los elementos llevó a la decisión de sustituirle inmediatamente después de Spa y de cara a la carrera de Monza. En su lugar llega Giancarlo Fisichella de Force India, fuerte del segundo puesto belga detrás de Kimi Raikkonen en la última victoria Roja y en F1 (por el momento).
La llegada del romano trae sueños de gloria (de la propia prensa), intenciones de victoria (!), puntos del mundial para lograr al menos el tercer puesto en el campeonato de constructores. Los sueños de gloria ya se han hecho añicos en los entrenamientos libres del sábado en la parabólica, las intenciones de victoria siguen siendo las de 2005/2006 con Renault, ni siquiera la mitad de los puntos del mundial se ve entre Monza y Abu Dhabi.

Sin embargo, ni siquiera los resultados de Fisichella (que ha corrido ininterrumpidamente durante años y hasta dos semanas antes estuvo en Force India) le hacen completa justicia a Badoer ante algunos aficionados, a pesar de que las actuaciones del romano dejaron claro a todos que, si solo Cambiar de coche durante el Mundial complica la vida, imagina lo que puede pasar después de 10 años de inactividad.

Conclusión
Era previsible que el regreso de 2009 fracasara. Quizás poner a su disposición el coche rojo ya en 1999 habría dado mejores resultados, quién sabe.
Lo cierto es que, como en muchas otras situaciones, el recuerdo siempre permanece anclado en el último episodio. Así es para Badoer, recordado como aquel que "sacó a pasear el F60" cuando la importancia de su papel como piloto de pruebas durante años debería haber reinado.

Nosotros, que recordamos lo que hizo entre bastidores, sentimos que le debemos un agradecimiento por el trabajo realizado y una "buena suerte" para el futuro.

Alejandro Secchi – Gran Premio de F1

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