Boletas de calificaciones del Gran Premio de India

Boletas de calificaciones del Gran Premio de India

India, tierra de santos indios, poetas indios y navegantes indios. Así decía una vieja canción de Elio e le Storie Tese. Dejando de lado a poetas y navegantes, el santo indio resulta ser Sebastian Vettel, que en un nuevo circuito logra el Grand Chelem, llevándose a casa la pole, la victoria y la vuelta rápida sin abandonar nunca la primera plaza. Chapeau. Detrás de él, Button consolida la segunda plaza del campeonato mundial, mientras Hamilton y Massa continúan su enemistad personal al son de los timbres. ¡Disfruta la lectura!

Sebastián Vettel: 10° – Si estás cansado de ver las decenas en la libreta de calificaciones del Red Bull alemán, imagina lo cansados ​​que estamos nosotros de dárselas. Pero, bromas aparte, es poco lo que se puede hacer. Cuando alguien llega a una pista que nunca has visto antes, te coloca en la pole, hace un sprint perentorio en la salida y saluda a la compañía para volver a encontrarlos después de la meta, quitándote incluso el capricho de hacer la vuelta rápida en el último. vuelta... bueno, ¿qué puedes hacer? Santificarlo parece demasiado - y perdón por la contradicción -, llevarlo al triunfo sería superfluo - ya tiene los aaaals - así que nos limitamos a darle las máximas notas. La víspera había dicho que ayudaría a Webber a sumar puntos por el segundo puesto en el campeonato mundial. Aquí estás. Si lo hubiera conseguido, también habría merecido elogios. Pero eso es todo. Con alas.

Marcos Webber: 4,5 – Lo defendimos con todas nuestras fuerzas. A veces incluso contra la lógica. Porque nos gusta, porque en general es un buen tipo, porque creemos que es un buen tipo. A veces se ha escapado el medio punto extra, como lo habrás notado. Pero no hoy. Hoy no porque no hay un solo motivo para defenderle tras un cuarto puesto como éste. Salió desde la primera fila, con el mejor coche del grupo, pero fue engañado en la salida por Button y en boxes por Alonso. Que no conducen HRT, por supuesto, pero tampoco Red Bull. Hablando de HRT, en un momento también tuvo mala suerte al encontrarse con un Karthikeyan completamente confundido que le hizo perder contacto con Alonso. Pero comete los errores en la curva 1 en completa soledad. La segunda vuelta más rápida demuestra que el coche estaba allí. El cuarto puesto demuestra sin piedad que ÉL no estaba allí. Esta vez el medio punto es menor. No creemos que esté drogado. Pero definitivamente no está bien. Complejo.

Lewis Hamilton: 5 – Estamos de broma, pero ya no sabemos si reír o llorar. Podríamos hablaros de la penalización que recibió en los entrenamientos libres - y ya esto... -, podríamos hablaros de la hazaña épica de la salida, en la que perdió la posición ante Massa - no os riáis, no Ríete, no te rías, no te rías-, podríamos aburriros con su remontada -adelantamiento en Alguersuari y nada más- y podríamos inventar muchas otras ideas narrativas. Pero eso sería un error. Porque un accidente más con Massa vence a todo y contra todo. No estaremos aquí para discutir los aciertos y los errores. En un contacto como este uno y el otro no existen, tocados así siempre estarán ahí. Pero, maldita sea, no puede ser una coincidencia que los dos siempre acaben peleando. También porque el que pierde es invariablemente el resultado. Y decir que la efigie de Bob Marley en el casco, con el logo “One Love”, nos hacía imaginarlo interesado en otro tipo de contacto cercano. Quién sabe qué diría Freud sobre esto. Así que fracasa con los honores y vete a casa. Le evitamos los cuatro por dos motivos. El primero por el gesto que hace con la mano inmediatamente después del toque, como diciendo "bueno, esta vez también fue así". El segundo porque hace que Rowan Atkinson, alias Mister Bean, invitado de McLaren, parezca una antología. Esto también es espectáculo. Gianni.

Botón de Jenson: 9,5 – Lo bueno -o lo malo, elija usted- de este campeonato es que desde hace tres meses vive de estereotipos cristalizados. Cada piloto parece desempeñar un papel asignado. Está el showman, está su hermano mayor que intenta seguirle el ritmo pero no puede y causa problemas. Está el fanfarrón, que tiene todo para rivalizar con el showman pero lo único que hace es encontrar excusas para pelearse con el idiota del pueblo. Quien es el que siempre se queja porque a su hermano mayor le dan más oportunidades. Y luego, finalmente, está el tío sabio, que se ocupa tranquilamente de sus asuntos y siempre cosecha más de lo que siembra. Y también en este caso se lleva un segundo puesto que es oro puro. Empieza bien, pasa inmediatamente a Webber y no sale del segundo puesto. No puede alcanzar a Vettel, la verdad es que ni siquiera se esfuerza mucho, pero consigue 20 puntos que consolidan su segunda plaza en el campeonato del mundo y provocan otro ataque de bilis en su compañero. Qué decir. Sabes lo que estás haciendo, JB. Inteligente.

Fernando Alonso: 8,5º – Es poco lo que se puede hacer. Para ganar, además de tener el coche con mejores prestaciones o algo así, hay que ser despiadado, letal, quirúrgico. Y perfecto. Fernando, lamentablemente, en India no está y están en juego las posibilidades de poder al menos luchar por el segundo puesto. La verdad es que tampoco empieza mal, de hecho empieza fuerte. Pero en la primera curva, por eso mismo se deja llevar, se desvía y le adelanta ese JB que desde hace unos meses da lecciones de lógica y razonamiento como si fuera Descartes. Su habilidad reside en mantener el ritmo de Webber, componente que resultará fundamental para los posteriores adelantamientos realizados en boxes. Y también sabe resistir bien la presión - para ser honesto, poco creíble - del australiano, que intenta varias veces dominarlo sin éxito. El podio es merecido. Y obediente. En el sentido de que, aparentemente, en esta última temporada de los tres primeros equipos le corresponde a un solo piloto tirar del carro. Y en Ferrari el elegido -¿¿por quién???- es el propio asturiano. Arrastrador (de carretillas).

Felipe Massa: 5 -Y ellos vivieron felices para siempre. Después de salir del paddock y abandonar el circuito. He aquí cuál sería el escenario más tranquilizador en este momento. Porque hay muy pocas cosas que sean tranquilizadoras. Sería interesante cambiar uno de los cascos de los dos por el de su compañero y ver qué pasa. Lo dicho por Lewis también se aplica aquí: nos abstenemos de asignar responsabilidades en un contacto que podría ocurrir durante la carrera. Y agreguemos que Felipe ni siquiera corría mal antes de la caída. Pero luego el patatrac. Dice un viejo proverbio: quien tiene más sentido común lo utiliza. Evidentemente ninguno de los dos brilla con esta cualidad. Debido al accidente recibe un servicio al carro extraño por decir lo menos, luego hace un par de digresiones fuera de la pista, sufre problemas en la subida y estrella su segunda suspensión del fin de semana en el mismo absurdo trozo de hormigón disfrazado de bordillo. Cuando uno apunta, sin duda apunta. Según Domenicali, todo se remonta al accidente con Hamilton. Quizás, sólo quizás, sea demasiado. Pinotto.

Michael Schumacher: 8,5 - El que ríe último ríe mejor. Incluso hoy en día confiamos en los proverbios, el salvavidas del escritor de boletas de calificaciones sin inspiración. El que ríe último ríe al principio, donde Michael sabiamente salva a los Kers sacrificando el sprint inicial en favor de la potencia en la recta opuesta. ¿Resultado? Cinco posiciones recuperadas. El que ríe último ríe bien en carrera, donde gracias a una estrategia óptima -es fenomenal en la conservación de los neumáticos- y a un ritmo de oruga recupera terreno e incluso adelanta a su compañero. Y el que ríe último en el campeonato ríe bien: la persecución del alemán sobre el finlandés está casi completa: 70 puntos contra 75. Esta vez nos atribuimos el mérito de recordar lo que les dijimos: a sus 42 años sólo puede mejorar, nosotros escribió, y así es como sigue. El quinto puesto conseguido en India, en un circuito desconocido, demuestra que tanto el pie como la motivación siguen ahí. Sobre la determinación... bueno, francamente no había duda. Quién sabe qué pasará el año que viene. Chapeau.

Nico Rosberg: 7:XNUMX – El que ríe último ríe mejor, escribimos arriba. Lo malo es que aquellos que se ríen en el camino acaban con la cara larga al final. Su sexto lugar no se puede desperdiciar, eso sí. Puntos que siempre son buenos. Pero está un poco fuera de lugar en comparación con la recuperación de su compañero de equipo, al que Nico supera con creces en la clasificación pero que es capaz de resurgir en carrera con una habilidad de mago consumada. El alemán está ahí y también se nota. Nico, por otro lado, se queja de una parada en boxes demasiado larga y de una estrategia que, según él, estaba penalizando. Lo cierto es que si hubiera sabido gestionar los neumáticos como su compañero, que paró varias vueltas después que él, quizá se hubiera quedado por delante. Son los detalles los que marcan la diferencia, por desgracia. Así que baja la cabeza y acepta el resultado. Y haremos como si no lo oyéramos decir: "No veo la hora de volver aquí el año que viene". Pinocho.

Bruno Senna: 5,5 – El equipo elige para él una estrategia muy particular, que implica una parada en boxes muy tardía para montar los neumáticos duros, que sobre el papel penalizan más, sólo al final de la carrera y durante dos vueltas. Muchos lo habían pensado en vísperas de la carrera, pero muy pocos lo hicieron. Debe haber una razón, obviamente. El resultado es que, aparte de una excelente salida, se encuentra actuando como un obstáculo en la pista en la primera parte de la carrera - además sin Kers - y que todo lo ganado con los neumáticos blandos se pierde con interés en la última parada. El duodécimo puesto cuenta la historia de su carrera mejor que cualquier otra cosa. Es difícil entender dónde terminan las responsabilidades del coche, las del muro y las del conductor. Probablemente deberían dividirse por la mitad. Lo que se trasluce, sin embargo, es el clima de confusión técnica que reina en el equipo. Y con estas condiciones es imposible dar un aprobado, ni siquiera al piloto. Retrasado (en el estacionamiento).

Vitali Petrov: 5,5 – Él, en cambio, ni siquiera hace bien la salida, quedando decimotercero. Pero llevaba neumáticos duros y, a diferencia de su compañero, le hicieron parar inmediatamente para quitárselos y hacer toda la carrera con los blandos. A la hora de diferenciar estrategias... Vitaly hace lo mejor que puede, comete un error en el aseguramiento y pierde más terreno. El resultado es que inmediatamente cae a la retaguardia y se ve obligado a emprender una carrera de remontada. Lo cual tiene un éxito medio, o quizá incluso menor. Se encuentra detrás de Pérez y permanece allí prácticamente hasta el final de la carrera, cometiendo además un error garrafal que podría haber tenido consecuencias mucho peores. Pídele confirmación a Massa. Termina undécimo, al borde de la zona de puntos. En definitiva, ni siquiera sería tan malo. Nos queda la duda de que con una estrategia más ortodoxa quizás hubiera podido conseguir algo más. Pero la discusión sobre la confusión técnica cometida por su compañero es válida. Entonces el mismo voto. Temprano (en el descanso).

Rubens Barrichello: 4,5 –Hay años en los que todo sale mal, o casi todo sale mal. Lo escribimos hace unos médicos de cabecera específicamente sobre el abuelo Rubens. Pero en estos años también hay que decir que si todo sale mal también es el conductor quien pone de su parte. Específicamente chocando contra otro auto al inicio y rompiendo tu alerón delantero antes de que la carrera haya comenzado realmente. En cuanto a experiencia... Se encuentra al final de la clasificación y además también cambian su estrategia moviéndola a una sola parada. El resultado habla por sí solo: decimoquinto, a dos vueltas, también detrás del Lotus de Kovalainen. «Es una pena - dice al final de la carrera - porque nuestros tiempos fueron buenos y la degradación de los neumáticos fue buena. Podríamos haberlo hecho mejor". Quién sabe por qué se encontró tan atrás. La impresión es que se dio por vencido, dado el bajo valor del coche y el clima nada idílico en el equipo. Pero al hacerlo será difícil encontrar un volante para 2012, a su edad. Saliente.

Pastor Maldonado: sv – En general, empieza bien, lo vemos tonificado y agresivo desde los primeros compases de la carrera - incluso en las posiciones de respaldo - luego, después de sólo dieciséis vueltas, la caja de cambios ya no cambia y el coche, lógicamente, se detiene. ¿Pecado? Mmmmm, no mucho, supongo. Sin embargo, ciertamente causa una mejor impresión de esta manera, dejando la escena con un ambiente de sábado en Leopardian Village. El domingo (la carrera), como sabemos, siempre es una gran estafa, y salir inmediatamente denota inteligencia y perspicacia. Alfabetizado.

Adrián Sutil: 7 – Corporativo como pocos, le da al equipo un noveno puesto en la carrera de casa, que quizás sea más que el máximo que se podría lograr. Con mucha honestidad explica que sin el retiro de Buemi no habría obtenido este puesto, pero que al final -¡sic!- hay algo de qué estar satisfecho incluso con esto. El primer stint es difícil, lucha contra el subviraje y es incapaz de resistir el avance de los Toro Rosso - dicho así parece la crónica de una guerra en Sudamérica - perdiendo dos posiciones. A medida que van pasando las vueltas -y a medida que aumentan los neumáticos sobre el asfalto, añadimos-, el comportamiento de su Force India mejora, los tiempos bajan, y el resultado final lógico es una buena colocación en los puntos. Quién sabe si esta actuación en casa merecerá la reconfirmación. Lo que es seguro es que la sincronización es una habilidad poco común, y lucir bien en la casa de papá Vijay también le reportará algo a cambio. Rufián.

Pablo di Resta: 5,5 – He aquí otro de los que inmediatamente regresan a boxes para deshacerse de los neumáticos duros, aunque fueran portadores de peste bubónica, lepra, ébola, gripe aviar y culebrilla. Al mismo tiempo. Admite con franqueza que el equipo apostaba todo por un coche de seguridad que nunca llegó. Y que -añadimos- habían tenido en cuenta que la apuesta estratégica podría no dar sus frutos. Por tanto, son válidos los discursos pronunciados en nombre de Petrov. Paso de D'Ambrosio y Karthikeyan - pura adrenalina -, nos regala un bonito duelo con Pérez, es adelantado por el mexicano y Petrov en la segunda parada. Y al final acabó decimotercero, también por detrás del Renault de Senna. No mucho, como plato, independientemente de las elecciones estratégicas más o menos arriesgadas. Todo ello mientras su compañero brilla en su carrera de casa. No hay duda, todavía le queda mucho que aprender sobre cómo desenvolverse dentro del equipo. Dada la simpatía y la estima que sentimos por él, le ofrecemos unas prácticas en la finca de Alain Prost. Ingenuo.

Kamui Kobayashi: sv – La mala suerte es mala suerte. Al principio lo atacan, enviándolo contra Glock, e inmediatamente después amenazadoras lenguas de fuego mezcladas con un inquietante humo negro se elevan de su Sauber. La ira de los dioses que cae sobre los samuráis de Amagasaki. Sale del coche y se retira antes de que la situación empeore aún más. Quién sabe qué pudo haber hecho que fuera tan aterrador. Castigado.

Sergio Pérez: 7 – El que ríe último ríe mejor, repetimos por tercera vez. Esto no significa que ignorar las banderas amarillas y recibir una penalización de tres puestos en la parrilla sea aceptable sólo porque, de hecho, los cálculos se hacen al final. Si fuéramos Peter Sauber, incluso le habríamos dado una bofetada correctiva. Pero el mexicano compensa el error con un juego con un cuchillo entre los dientes. A la caza de un hipotético coche de seguridad, el garaje le obliga a parar prácticamente inmediatamente después de la salida con neumáticos duros. Como sus otros compañeros. Pero él es el único que se beneficia de ello. Se deshace rápidamente de los coches más lentos, se encuentra detrás de Resta e intenta por todos los medios adelantarle, sin éxito. Sólo consigue hacerlo en boxes, y a partir de ahí empieza a recuperar terreno de forma importante hasta situarse casi cerca de Sutil. Y gracias a la retirada de Buemi también se lleva algunos puntos. Nada mal, vamos, nada mal. Quién sabe qué habría hecho con una estrategia normal. Sin embargo, demuestra, una vez más, ser una de las innovaciones más interesantes de 2011. Y cuando deja de cometer errores estúpidos... Distraído.

Sébastien Buemi: 7 – Se clasificó bien pero no encontró el hueco adecuado en la salida y se encontró en la duodécima posición. Un poco mal. Es un placer conducir el Toro Rosso y le gusta batirse en duelo y adelantar a gente como Senna y Sutil. Nada mal. Corre del brazo de su compañero hasta que su coche se detiene. Y entonces su neurona explota: grita, maldice, se desespera. Nunca lo habíamos visto tan enojado. Con razón, además: en tiempos de negociaciones para renovaciones de contrato, se desperdician puntos fáciles. Pero cuando, con su voz de inspector Clouseau, declara (textualmente) «No sabemos qué está roto, hay que investigarlo todo»… bueno, con todo el amor que le deseamos, se nos escapa una risa. Que Sebastián nos perdone. En cualquier caso, muy bien. Detectives.

Jaime Alguersuari: 7 – Cuando el coche va bien todo el mundo es capaz de hacer fenómenos. Hay quienes piensan que sí. Y tal vez también sea cierto. Pero no es automático. La prueba la tenemos cuando Jaime se queda atrapado detrás del Renault de Senna, que tampoco tiene el KERS. Desde boxes se eleva una voz, la de su ingeniero, que le insta a adelantar con un elocuente "Tú puedes hacerlo". Dicho esto, el español obedece. Lo lograste, en el Canal Motivacional. Y con entusiasmo, ahora encendido, incluso supera por fuera al Force India de Sutil, que entre otras cosas juega en casa. Nada mal. Luego, a pesar de tener velocidades punta locas, no puede resistir el regreso de Hamilton que le arrebata la séptima posición. Pero un octavo puesto, por delante de Saubers y Renaults, es oro a estas alturas de la temporada. No merece más que Buemi, pero -Dios mío- tampoco merece menos. Y perdón por la declaración cacofónica. Desperté (junto a la pared).

Jarno Trulli: sv – «La mala suerte volvió a golpear» La mala suerte ha vuelto a golpear. No es el título de una película de catástrofes de última generación, todo efectos especiales y acción, pero son las primeras palabras de Jarno al final de la carrera. Y no podemos culparlo. Una vez más. Un HRT lo choca por detrás mientras acelera (!) y le pincha el neumático y destroza la parte trasera del suelo del coche. Tiene que hacer una vuelta completa sobre tres ruedas -ni siquiera si fuera Gilles Villeneuve- y luego otra 59 con un coche desequilibrado y carente totalmente de agarre y tracción. Imposible juzgar. De hecho, se muestra estoico al completar la carrera. Y pensar que corrió con un casco con los colores del pobre Simoncelli. ¿Qué más puedo decir? Inténtalo de nuevo, tendrás más suerte, Jarno. Por lo que sirva, recuerda que te queremos. Jellato (si tuviéramos un centavo por cada vez que usáramos este adjetivo para él, podríamos comprar tanto Lotus como Renault, fusionarlos y poner fin a la polémica sobre el nombre de los dos equipos).

Heikki Kovalainen: 6,5 – En cierto momento, poder de estrategias, incluso se encontró en la décima posición. Puntos. Quienes conducen un Lotus también experimentan estas satisfacciones efímeras. Empieza bien, evita el desorden en las dos primeras curvas (no tan obvio, pídele confirmación a Jarno...) y luego, gracias a las primeras paradas en boxes de muchos pilotos, se encuentra en posiciones que normalmente sólo puede ver. con un telescopio. Entonces todos los cuentos de hadas terminan, algunos lo adelantan en la pista -Petrov, por ejemplo-, otros en boxes, etc. Pero terminar decimocuarto, manteniendo además a un Williams detrás, no está nada mal. Y quejarse de haber sido bloqueado por HRT durante la fase de doblaje... bueno, es una satisfacción que imaginamos que no tiene precio. Hay cosas que realmente no puedes comprar, aparte de Mastercard. El siguiente paso es un escaño en el parlamento finlandés. Lanzado.

Daniel Ricciardo: 5° – Octavo Gran Premio de Fórmula 1. Por las buenas y por las malas, aprovechando el caos que se avecina, él y su compañero se encuentran en las posiciones 15 y 16 en la segunda vuelta. Y decir que también fue penalizado en parrilla por sustituir la caja de cambios (aunque, la verdad, no es que se haya perdido esta gran posición en la clasificación...). Fin de las notas positivas. El coche ni siquiera le empuja, en el segundo stint sufre un presunto pinchazo que le obliga a parar de nuevo, y en meta se encuentra también detrás de su compañero de equipo, que es todo menos un rayo de guerra. Pero ni siquiera la paz, en todo caso. No, en la India nos gustó mucho menos de lo habitual. Por supuesto, también puede haber un mal día, eso sí. Pero no parecía muy concentrado. Distraído.

Narain Karthikeyan: 4,5 – Por Dios, todo vale. Puede que no haya 24 fenómenos en la parrilla. El caso es que no todos los coches de la parrilla pueden ser del más alto nivel. Y también está bien que un equipo tenga una carrera de pilotos locales en una pista nueva para generar entretenimiento, dinero y audiencia. Pero el terror que se podía ver en los ojos de muchos pilotos cada vez que se acercaban al doblaje de Karthikeyan es algo que debería hacernos reflexionar. Y decir que con todo el buen Narain ni siquiera andaría mal, considerando el porcentaje de supuestos negativos por metro cúbico que se apoderó de su garaje. Fuera del ritmo de carrera, con un coche de opereta, consigue incluso batir a su compañero de equipo y a un Lotus. Pero eso no es bueno. Esto no es bueno porque debe haber un nivel por debajo del cual no se debe bajar. En términos de rendimiento, y aquí estábamos por encima, vale, pero también en términos de concentración y seguridad transmitida a los compañeros. Y tener que cruzar los dedos cada vez que te preparas para doblar no es nada bueno. Seamos duros, está bien. Sino porque estamos en la Fórmula 1, no en la Fórmula Ford. Distraído.

Timo Glock: sv – “A mi señal, desata el Infierno”, dijo alguien una vez. Escucha a Timo: «Llegué a la primera curva y vi trozos de carrocería volando por todos lados. Frené un poco antes de lo habitual y Kobayashi literalmente me atropelló sin que pudiera esquivarlo. Fui a boxes para cambiar el alerón pero también hubo otros daños y no pudimos continuar". Alguien desató el infierno. Y Timo, por desgracia, acabó completamente ahí. Aunque hay que decir que completar una carrera con Virgin no es tan paraíso. ¿O no? Demoníaco.

Jérôme d'Ambrosio: 5,5 – ¿Él también estaba allí? Sí. Y lo recordamos manteniendo a Pérez detrás durante media vuelta. Sin embargo, cuando lo lameron, lo que provocó los insultos del enojado mexicano. Aparte de esta nota de color, poco más hay que comentar. El coche, dice, desgasta los neumáticos de una forma extraña (rehacer la convergencia, ¿no?) y le cuesta encontrar un ritmo decente. Sin embargo, consigue adelantar a los dos HRT en meta - ya sabéis qué historia... - haciendo una carrera solitaria salvo durante las numerosas vueltas. Básicamente lo que se esperaba de él, en una pista nueva con un coche que era más Circus que Circus. No hay elogios, pero tampoco habría infamia. Le negamos el aprobado sólo porque tres vueltas de separación en la meta, en una pista tan larga como la india, es francamente demasiado. Esperemos que no se lo tome demasiado a pecho. Sereno.

Manuel Codignoni
www.f1grandprix.it

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