Aunque fue superado por Maldonado, el español se mostró contento con el comportamiento de su coche: se quejó de la injusticia de un Marussia y de problemas con la puesta a punto al final de la carrera, arriesgándose a ser superado por Raikkonen.
Una extraña sustitución del morro sin daños aparentes para Vettel y Webber animó la carrera del equipo austriaco, que sin embargo terminó muy por detrás de los líderes.