Boletas de calificaciones del GP de Montecarlo

Boletas de calificaciones del GP de Montecarlo

Por una vez, el número más evidente sale de la ruleta monegasca: el 22 de Jenson Button. También quedó fuera, y este resultado era mucho menos previsible, el 4º puesto del Ferrari de Kimi Raikkonen, que subió al podio al final de una carrera más que intensa. Vettel y Kovalainen contra el muro, Hamilton desastroso. El Force India de Fisichella se acerca a los puntos. ¡Disfruta la lectura!

Lewis Hamilton: 5 – A pesar de una carrera enérgica en general, no podemos darle lo suficiente. Eres uno de los pilotos más fuertes, estuviste cerca de ganar. novato en Montecarlo y al año siguiente triunfaste bajo el aguacero, tienes un bulto debajo del trasero pero las estrechas calles del Principado enmascaran lo mejor que pueden los defectos de un monoplaza que ni siquiera se puede empujar. ¿Qué estás haciendo? Lo echas todo por la borda con un desafortunado accidente en la clasificación que te relega al final del grupo. A partir de entonces la carrera es sólo un mero apéndice. Evita a los cuatro por el esfuerzo que realiza, realizando un par de buenos adelantamientos a la cola del grupo y abriéndose paso a codazos con determinación. Pero para un campeón del mundo, realmente no estamos ahí. Rechazado.

Heikki Kovalainen: 5 – Lamento darle otra mala calificación. Es especialmente desafortunado porque, dados los líos cometidos por su mucho más famoso compañero de equipo, estaba corriendo bien y por una vez fue él quien mantuvo el destartalado lío anglo-alemán. Y en cambio, lo arruina todo con una salida fuera de pista que anula las cosas buenas (o incluso buenas) que había demostrado hasta ese momento. Honestamente admite el error, y Dios no lo quiera, agregamos, pero una vez más el botín recolectado es cero. Es una pena, tuvo la oportunidad de ascender en la clasificación y, quién sabe, ganar credibilidad dentro del equipo. Y en cambio surge la sospecha de que estaba corriendo más allá de sus posibilidades. Al menos esperemos, para él, que no sea así. Ilusorio.

Felipe Massa: 8 – La votación está penalizada por el error en la clasificación y el de la carrera, cuando se mete con Vettel al cortar la chicane y además pierde la posición ante Rosberg. Por lo demás su actuación es excelente, en una pista (vale la pena recordarlo) que no ama y nunca ha amado. Él profesa ser un fanático de Senna, pero en esto se parece más a Piquet (¡mayor, por el amor de Dios!). Arriesga mucho con su comportamiento agresivo en carrera, lo que le lleva en más de una ocasión a estar cerca de ser penalizado por cortar chicanes al límite del reglamento, pero eso le parece bien y mucho mejor. Por supuesto imaginamos que le duele que haya sido su compañero quien volviera al podio con la Roja, pero en general el fin de semana fue más efectivo que él. El cuarto puesto sigue siendo una buena inyección de confianza para el futuro. Estoico.

Kimi Räikkönen: 9º – El aire de Montecarlo le sienta bien, muy bien por cierto. Gracias a un Ferrari revitalizado por las modificaciones introducidas en la pista, el finlandés desempolvó la garra y la claridad de sus mejores días haciendo gala de una actuación A mayúscula (con mayúscula, en realidad) en la clasificación y subiendo a la primera fila. Comete un error en la salida, gracias a que sale desde la parte sucia de la pista y esto penaliza especialmente a un ciudadano, pero lleva una carrera sólida y sin fallos. Eso sí, en un determinado momento se quedó dormido durante la carrera, pero cuando el ingeniero le recordó que tenía que empujar para seguir el ritmo de su compañero, empezó a correr de nuevo con fuerza, defendiendo cómodamente su posición y alcanzando la tercera plaza definitiva. En realidad, ni siquiera signos muy tímidos de despertar. Nos desviamos de nuestro camino: si Ferrari sigue creciendo acabará despertando del todo. Bienvenido de nuevo (?)

Robert Kubica: 5,5 – Al final, su abandono por problemas de frenos fue quizás lo más positivo de su fin de semana. En lo cual, es justo subrayar, no todos los defectos son suyos, al contrario. Fue superado por su compañero en la clasificación y obtuvo el antepenúltimo lugar. Se cae en la salida, pincha un neumático y se encuentra más atrás del grupo. El retiro es casi una liberación. Si esta situación se ha producido, las culpas deben repartirse entre técnicos y conductores, pero parece imposible darle una calificación más baja, tal es la empática solidaridad que se siente hacia él. El día que se encuentre cara a cara con Mario Theyssen, sin testigos, será un milagro si no le abofetea con furia. Y pensar que eran ellos, entre otras cosas, los que querían a los kers. Gracias al KERS, de hecho… Impresentable.

Nick Heidfeld: 6 – Podríamos copiar el criterio de su compañero. Le damos medio punto más por dos sencillas razones: 1) vence al polaco en la clasificación; 2) lleva el coche al punto, sufriendo así hasta el final de la carrera. Dejando atrás, además, al vigente campeón del mundo. ¿Quién puede conducir una carretilla motorizada pero aún tiene el número uno impreso en la nariz? Si tiene suficiente pelo en el estómago podrá contárselo incluso a sus nietos. En BMW andamos a tientas, ni los conductores ni los técnicos dan indicaciones precisas, por lo que ni siquiera el futuro parece halagüeño. Parece, porque en la F1 nunca se puede decir nunca y mucho menos en 2009. Decepcionado.

Fernando Alonso: 7,5º – Dos puntos son mejores que cero, diría el viejo Vujadin Boskov. Dos puntos mueven la clasificación, levantan la moral, pero sobre todo son una demostración más de cómo el piloto puede marcar la diferencia también en 2009, aunque en menor medida que en el pasado. Fernando pelea, pelea, codazos. Su cámara es quizás la más espectacular, junto con la de Rosberg. No realiza maniobras circenses, sino que se contenta con superar vuelta tras vuelta al límite, combinando sabiduría, concreción y velocidad. Al final se ve recompensado con dos puntos que, a día de hoy, no están nada mal. Dice que es optimista sobre las carreras futuras. Parece más pretáctico que cualquier otra cosa, pero quién sabe. Granítico.

Nelson Piquet jr: 6,5 – Acaba fuera por un accidente, y esto era previsible en el Principado. Ha sufrido una colisión por alcance y esto también podría haber sido probable. La noticia, sin embargo, es que en lugar de golpear, lo golpean. Y escuchen, es una verdadera lástima, porque tal como iban las cosas, con Vettel actuando como tapón en la delantera, el brasileño podría haber sumado algunos puntos. Se queda fuera de la Q3 por poco, pero corre bien y no comete ningún error hasta la entrada kamikaze de Buemi. La suficiencia está ahí; Las seis y media es alentador. Después de todo, aunque era más lento, no se desfiguraba en absoluto en comparación con Alonso. Tenaz.

Jarno Trulli: 5 – Lamentablemente, ya no vemos muchos milagros. Y Jarno no escapa a esta cínica ergola del nuevo milenio. Llegando con un Toyota al límite de lo impresentable, los Abruzos son protagonistas de una calificación desastrosa a la que sigue una carrera lenta y descolorida (y no podía ser de otra manera, ya que estamos en Montecarlo). La grave deficiencia está motivada por el hecho de que un piloto que consigue la primera victoria de su carrera en las calles del Principado no puede, por ningún motivo, terminar tres posiciones por detrás de su compañero de equipo. Un mal día (o fin de semana) le puede pasar a cualquiera. Sin embargo, si llegan al tema que más te gusta y en el que mejor te expresas… la mala valoración es lógica. Confundido.

Timo Glock: 6 – Supera a su compañero de equipo, y si concretamente es Jarno Trulli en Montecarlo, no es algo que suceda exactamente todos los días. Además, salir desde el pit lane, con un Toyota que, a diferencia de lo que hemos visto hasta ahora, parecía cuanto menos embarazoso. Termina décimo y admite que es incluso más de lo que esperaba, visto el resultado de la clasificación y sobre todo el ritmo mostrado por el coche. No está claro por qué el coche japonés sufrió tanto en el trineo monegasco. Sin embargo, no se frena, no causa estragos pero no comete errores y acaba entre los diez primeros. En la víspera era razonable esperar más, pero tal vez tal vez fuera demasiado, tal y como iban las cosas. Luchador.

Sébastien Bourdais: 7,5 - ¡¡¡Finalmente!!! E incluso le ponemos tres signos de exclamación, ante la avaricia. Por supuesto, el equipo acierta en la estrategia y aprovecha el harakiri de los que le preceden (léase, entre otros, Vettel y Kovalainen), pero empezar 14º y terminar 8º, en los puntos, no es una tarea fácil en Montecarlo. Carlos. Por una vez no comete ningún error, mostrando un gran ritmo y una buena claridad táctica a la hora de gestionar lo mejor posible la degradación de los neumáticos superblandos. Suma un punto que mueve la clasificación y, sobre todo, sube la moral. Quién sabe, tal vez consiga, poco a poco, reconstruir su credibilidad a partir de este resultado. Al fin y al cabo, como él mismo subraya, corría por la casa... (Redi)vivo.

Sébastien Buemi: 4,5 – Subirse al capó de la persona que tienes delante nunca es una maniobra agradable. Más aún si corres por las calles del Principado, el reino por excelencia de la etiqueta y la etiqueta. Dice que vio una buena oportunidad, ya que Vettel estaba frenando a todos. Comprensible. Pero luego también dice que Piquet frenó cerca de la curva. Increíble, ¿verdad? Le perdonamos un poco porque le falta experiencia, estando en su primera temporada en la F1. Aunque sólo un poco. La paciencia es una virtud fundamental aquí y él carecía de ella. Por lo tanto, incluso con todas las circunstancias atenuantes del caso, no podemos aceptar su error. También porque ya ha demostrado cosas buenas y hasta el final estuvo corriendo bien. En lugar de eso, desperdicia su carrera y la de Piquet. Con quien, además, parece haberse disculpado inmediatamente. El poder de la etiqueta monegasca... Cortés.

Marcos Webber: 7,5 – Con un Red Bull extrañamente en dificultades, el talento del alto australiano pasa a primer plano. Mark actúa de forma concreta, discreta pero decididamente rentable. Perdió mucho tiempo en el primer stint detrás de Kovalainen, pero pudo ganar posiciones durante las paradas y al final incluso fue uno de los más rápidos en pista. No se deja llevar por el frenesí, como les ocurre a otros pilotos, sino que espera a que la carrera transcurra a su favor. Al final obtuvo un preciado quinto puesto que salvó el balance de Red Bull durante el fin de semana en el Principado. La clásica carrera Webber, podríamos decir. Y esa no es una forma de desacreditar su actuación. De hecho, creo que esas son las carreras que mejor hace. Táctico.

Sebastián Vettel: 4,5° – Hasta el momento del accidente estaba salvando el balance de Red Bull, que no se adaptaba bien a las sinuosas calles de Mónaco. Como auténtico campeón, con los neumáticos prácticamente sobre la lona, ​​había mantenido atrás durante varias vueltas al pelotón de perseguidores, sedientos de la sangre del vacuno rojo (perdón por la imagen espantosa). Luego lo adelantan, para en boxes para cambiar los neumáticos y, por tanto, la caída: error de frenada, colisión con las barreras y se acabó la carrera. Es una pena, porque en definitiva podría haber arreglado un partido profundamente viciado con una estrategia única. Es una pena, sobre todo porque el cero en la tabla de puntos pesa como una piedra en su campeonato del mundo. La baja valoración puede parecer poco generosa, pero por lo que hemos visto hasta ahora encaja: ha demostrado que es un campeón, y los campeones deben poder sacarle el máximo partido incluso en los días difíciles. El domingo fue uno de esos, pero sólo recogió las piezas de su coche. Agitado.

Nico Rosberg: 7,5:XNUMX – Esta vez el rey del viernes consigue al menos actuar como un príncipe también el domingo. Nico, que prácticamente corre por sus carreteras locales -no es que eso signifique mucho, por supuesto...- hace una gran salida y, a pesar de un stint central interminable, logra mantener la sexta posición hasta la bandera a cuadros. Su coche con cámara es similar a un videojuego, con contraviraje, paredes cepilladas y bordillos atacados, pero consigue llevar el coche a la meta sin causar ningún daño y sumar tres puntos que nunca vienen mal, al contrario. Por una vez consigue cumplir, al menos parcialmente, las promesas de los entrenamientos libres que le convirtieron en el rey del viernes. ¿Cómo se dice? ¿Las primeras pruebas en Montecarlo son el jueves? Quién sabe si ese no era exactamente el secreto. Piensa que la gente piensa. Me despierto.

Kazuki Nakajima: 5 – Al igual que Vettel y Kovalainen, él tampoco puede resistir la atracción fatal que ejercen los raíles de la vía. A decir verdad, de los tres es el que tiene más voluntad, logrando evitar el encuentro hasta faltas unas vueltas para el final. No estaba al nivel de Rosberg, pero aun así hizo una carrera honesta en general. Se queja del tráfico, pero hacerlo en Montecarlo es como quejarse del frío en Groenlandia. Sin embargo, dice estar parcialmente satisfecho con las buenas sensaciones con el coche, especialmente en las etapas finales de la carrera. Cuando, como ya hemos dicho, acaba en la pared. Mucho menos antes. Una cuestión de sentimiento, precisamente. Confundido.

Adrián Sutil: 5 – De héroe a personaje secundario es un paso corto. O tal vez no. Probablemente sea necesario un año para solucionarlo. De hecho, aquí en la última edición Raikkonen lo chocó por detrás cuando estaba nada menos que en cuarta posición. Hoy, sin embargo, termina en último lugar al final de una carrera anónima. Sufre de un problema profundo que le obliga a detenerse antes de tiempo y, de hecho, anula la estrategia marcada por el muro de Force India. Es una pena que con el mismo coche su compañero de equipo sea capaz de gestionar los neumáticos de forma mucho más experta y al mismo tiempo marcar tiempos decididamente más interesantes. Supongo que no siempre es domingo. Y, de hecho, esta vez Raikkonen se encuentra por detrás sólo en el doblaje. Modesto.

Giancarlo Fisichella: 8 – Verás, en Montecarlo siempre hay un lugar para él también... la Freccia del Tiburtino recuerda que tiene un sentimiento muy especial con las calles del Principado e inventa un conductor asesino que lo lleva al borde de los puntos. zona. En una carrera, es correcto recordar esto, con muy pocos abandonos y un progreso general regular. Gestiona los neumáticos de forma espectacular, consiguiendo perder menos tiempo que muchos otros con los superblandos, y al mismo tiempo manteniendo un ritmo constante y rápido. Se merecía algo más, sin duda. Realmente esperamos que pueda mejorar esta posición tan honorable en los próximos eventos. Sin embargo, hay que decir que Force India parecía estar haciendo progresos y ambos pilotos tuvieron acceso a la Q2 por primera vez. ¿Signos de despertar? Veremos. Mágico.

Botón de Jenson: 10 – Conduce un Brawn GP, ​​controla el baile prácticamente de principio a fin y ni siquiera da la impresión de estar trabajando quién sabe cuánto. Real. Sin embargo, no vemos por qué no deberíamos darles un diez sólido. Su carrera es prácticamente perfecta. Hace una buena salida desde la pole y consigue un buen margen de inmediato. Su obra maestra, sin embargo, consiste en acortar distancias entre él y su compañero de equipo en el momento en que los neumáticos empiezan a fallar. De hecho, cuando entra a boxes, incluso acumula 16 segundos sobre Rubens, una enormidad. En ese momento sólo él puede perder la carrera, por una distracción o un error. Ninguno de los dos llega, por lo que el británico consigue la victoria más importante de su carrera hasta el momento. Todavía tiene algo que aprender... pero en cuanto a los procedimientos de final de carrera, cuando se equivoca al aparcar el coche y tiene que recorrer el camino hasta el podio a pie. Aprenderá, verás si aprende… Ingenuo.

Rubens Barrichello: 7,5 – El mejor momento de su carrera llegó justo al inicio, cuando logró adelantar con autoridad a Raikkonen y salir segundo de la primera curva. Da la impresión de poder seguir el ritmo de Button, pero luego sufre una mayor degradación de los neumáticos, lo que le hace perder una cantidad enorme. En ese momento se centra más en los que están detrás y mantiene la segunda posición hasta la bandera a cuadros. El hombro ideal, por tanto. Como en la época de Ferrari. Los años pasan, para él también, pero ciertas cosas siempre siguen igual. Dice que no se rendirá, que luchará hasta el final y que también llegará su momento. ¿Dónde lo hemos escuchado antes? Es verdad, algunas cosas nunca cambiarán. Es bueno tener certezas en la vida. ¡Gracias Rubén!

Manuel Codignoni
www.f1grandprix.it

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