Montezemolo: 23 años en un día

Fue un día que nadie olvidará fácilmente. Los aficionados al Cavallino Rampante no la olvidarán. Las mujeres y hombres que trabajan en Ferrari no la olvidarán. Y no lo olvidará él, Luca di Montezemolo, que después de 23 años ha comunicado a todos su decisión de dejar la presidencia de la empresa.

Una jornada que empezó muy temprano, bajo una ligera lluvia que empapó Maranello y su fábrica más famosa. Incluso antes de que las agencias, alrededor de las 8.50, dieran la noticia de su dimisión, Montezemolo se había reunido con los directores de la empresa, para comunicarles su elección mirándolos a los ojos. Y lo hizo junto a Sergio Marchionne, el director general de Fiat Chrysler Automobiles, que le sucederá después del 13 de octubre, lo que el abogado definió como "mi último día de clases".

El anuncio público tuvo lugar a las 14 horas en una abarrotada rueda de prensa conjunta en el Museo Ferrari de Maranello. Ante unos setenta periodistas de televisión, radio y prensa escrita de todo el mundo, tratando de contener su emoción, Montezemolo explicó que, habiendo finalizado un ciclo importante, y de cara a una nueva y diferente temporada que prevé la salida del FCA en Wall Street, fue correcto pasar el testigo.

El Presidente recordó estos "23 años que han pasado muy, muy rápido", agradeciendo a todos los trabajadores de Ferrari y en particular a sus más cercanos: el vicepresidente Piero Ferrari, el director general Amedeo Felisa y el director de Recursos Humanos Mario Mairano . También hubo palabras especiales para Jean Todt y para el piloto que devolvió al Cavallino Rampante grandes triunfos tras un largo ayuno, Michael Schumacher. Igual que Montezemolo quiso recordar a Emilio Botín, no sólo presidente del Santander, patrocinador de la Scuderia, sino también amigo personal y gran aficionado de Ferrari. Y no faltaron los pensamientos afectuosos para los numerosos aficionados, que nunca dejaron de querer al equipo ni siquiera en los momentos más difíciles.

Había espacio para otros recuerdos, como los vinculados a la llamada de Enzo Ferrari en 1973 para convertirse en director deportivo del equipo que llevaría al título a Niki Lauda en 1975 o los de las lágrimas de Gianni Agnelli, feliz por el Mundial de Schumacher en 200. Con Sergio Marchionne hubo espacio para bromas, desde consejos sobre cómo vestir ("pero evidentemente no le hice caso", bromeó el director general de Fiat) hasta rumores vinculados a su futuro profesional ("podría ir a dirigir una importante empresa automovilística grupo en Detroit”, dijo Montezemolo). Hubo espacio para reiterar la singularidad de la marca y su vínculo con el territorio ("un Ferrari no puede existir fuera de aquí", reiteró Marchionne) y para anunciar las grandes novedades que veremos en el Salón de París y en Los Ángeles. para una gran celebración prevista por los 60 años del Cavallino Rampante en Estados Unidos.

Una vez finalizada la rueda de prensa, Montezemolo regresó a la fábrica, donde se reunió con los responsables del departamento de producción. Y si antes, frente a la prensa, había logrado contener la emoción, allí, frente a "sus" hombres, se le notaron algunas lágrimas.

Luego, el Presidente regresó a la oficina para responder personalmente a los numerosos mensajes que le llegaron de todo el mundo. Y a trabajar. Porque “el último día de clases” no es hoy.