“El destino de Ferrari ya no me interesa” Raikkonen sin hipocresía, pero cuidado con condenarlo

Kimi explica con pocas palabras cómo acabó su aventura en la F1 con Ferrari

“El destino de Ferrari ya no me interesa” Raikkonen sin hipocresía, pero cuidado con condenarlo

El comentario de Kimi Raikkonen sobre la frenada en la primera chicane de Monza es epigráfico: “volvería a hacer todo de la misma manera“. Pocas palabras, pero útiles para confirmar lo que eran sólo sugerencias, para certificar un impulso competitivo probablemente dictado por la ira, la decepción, la frustración.

En vísperas de la carrera de Austin, el piloto finlandés volvió al final de su aventura con Ferrari. Ocho temporadas, y aquel título mundial, merecían un final mejor; sonrisas, abrazos, gracias. La sensación, sin embargo, es que Ferrari actuó de forma distante, más como una empresa que una familia, enfriando al piloto el fin de semana del GP de Italia, sin hacer demasiadas bromas.

Por su parte, Iceman se encoge de hombros, pero su decepción es evidente. “Vettel tendrá sus posibilidades de ganar el campeonato mundial en el futuro, pero, sinceramente, ya no es asunto mío, pilotaré para otro equipo". Más ahora alfista que Ferrari, Raikkonen arrancó el velo de hipocresía que con demasiada frecuencia suaviza las declaraciones de los conductores, confirmando por enésima vez que no había abandonado Maranello, sino que en realidad había sido torpedeado: "La decisión de dejar Ferrari no fue mía, pero llevo algún tiempo en este mundo y no me sorprendió demasiado".

Sin embargo, quedan mil interrogantes, dudas y perplejidades. ¿Por qué comunicar una decisión tan importante al piloto en un momento decididamente surrealista, antes del inicio de una carrera crucial y en un momento tan delicado de la temporada? Cabe entonces preguntarse por qué el equipo rojo se ha privado de la contribución fundamental a la causa de Kimi, precisamente en el campeonato del mundo, en el que Bottas fue el "protagonista" en el papel del perfecto doméstico, el ciclista que corre hacia el capitán o le da a rebufo en las curvas más cerradas y agotadoras del Mortirolo, sacrificándose por la causa. Al destruir las carreras del tan criticado Bottas, Mercedes ha asegurado varias veces la posición de Hamilton. Un juego de equipo científico al que Ferrari ha renunciado deliberadamente.

Porque es fácil condenar y criticar a Raikkonen por empezar a competir por sí mismo. Le paga Ferrari, dicen. Es cierto, muy cierto, pero le pagan por correr, por sumar puntos, no por pilotar para Vettel. Es bastante difícil pedirle a un piloto desgastado como un hierro viejo y sin demasiados elogios que trabaje en cuerpo y alma por el resultado de su compañero. Con la contratación del talentoso Leclerc, Ferrari ha pasado página, cerrando una historia de cuatro años del equipo, un hermoso capítulo hecho de construcción, unidad de propósito, sinergia y serenidad.

La elección de Monza fue decisiva, hay un antes y un después, pero ¡ay de quien culpe a Raikkonen que destaca sobre todo por su coherencia y lealtad! Nunca una palabra fuera de lugar, en 2014 regresó a Ferrari a pesar del precedente de 2009, este año fue marginado más o menos de la misma manera que entonces y, sin embargo, declaró que no guarda rencor. Puedes morir más profesional que eso, pero es cierto que él corre por sí mismo y que piensa en el proyecto Sauber. Es Cavallino quien ha renunciado al abanderado "metrónomo" en el tablero de un campeonato mundial hasta hace poco equilibrado. Kimi desde Monza hasta hoy haría todo igual, ¿y Ferrari?

Antonino Rendina


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