GP de Estados Unidos – Ferrari se pierde en su anonimato, Alonso da lecciones de conducción a sus compañeros [VÍDEO]

Kimi Raikkonen poniendo marcha atrás y lamentablemente deslizándose hacia atrás hacia boxes es la imagen emblemática del Ferrari actual. Un camarón rojo asustado que retrocede ante la presencia de rivales audaces y agresivos, eclipsado en su mito por el anonimato de sus actuaciones y por una melancolía subyacente que acompaña las miradas y los gestos de los intérpretes.

Ferrari es un panorama crepuscular, una escudería que ve menguar todas sus ambiciones y que debe realizar una profunda reflexión. Las seis décimas conseguidas en clasificación por un Red Bull que hace apenas un año estaba muy por detrás son realmente demasiadas. Y de nada sirve siquiera comparar el Rojo con el Mercedes, sólo sería despiadado.

Si las actuaciones mediocres y modestas no fueran suficientes, el Cavallino sigue haciéndose daño, primero eligiendo una estrategia de carrera cuestionable con Kimi -una vez más mejor que su compañero Vettel- y luego eliminándolo de la pelea al no atornillar su neumático en la final. tercera parada. El diálogo entre el piloto que se encuentra indefenso a la salida de boxes y el muro es casi vergonzoso. ¿Apago o voy atrás? ¿Qué hacer? Apaga, apaga, no, vuelve, no apaga. Kimi resopla, hace lo suyo, se desliza hacia los boxes y se libera (quizás) de una carga. Sebastián no lo hace mucho mejor, cuarto en meta, pero nunca "en el juego". La suya es una carrera bastante incolora, en tierra de nadie, con esa vuelta récord buscada y conseguida al final que sin duda le da crédito a Ferrari.

Y si Vettel no está convencido de Ferrari, ¿quién nos dice que Ferrari está convencido de Vettel? Basta mirar una posición atrás, en el quinto lugar, para hacerse algunas preguntas. Allí en meta nos encontramos con un Fernando Alonso magistral, un piloto espectacular e indomable, capaz por sí solo de despertarnos del letargo de un GP bonito y concluido. Las vueltas finales, con las posiciones cristalizadas, estuvieron monopolizadas por la acción feroz del piloto español de McLaren. Un león enjaulado, que ruge y luego literalmente pasa por encima de sus oponentes. El adelantamiento malo y autoritario a Felipe Massa y el decisivo, sucio y enfadado al estudiante Sainz son dos perlas de rara belleza. Fernando es un corredor puro, un verdadero corredor, un piloto al que le encanta correr antes que conducir. Alguien como él, genuino, cierto, es como pan caliente para los videojuegos de F1, donde fenómenos nuevos como Verstappen son muy buenos con el joystick, pero luego se pierden como niños desorientados a la hora de aparcar un coche cojo a un lado de la pista. .

El GP de Austin fue una carrera interesante, monopolizada en cabeza por Lewis Hamilton, que volvió a brillar con las ganas de mantener abierto hasta el final un campeonato que se inclina por Rosberg. El propio Nico estuvo bien (y tuvo suerte, ay por el coche de seguridad virtual...) al compensar un mal día. Daniel Ricciardo sigue siendo muy bueno, con una sonrisa contagiosa y un pie muy pesado, tan agradable fuera del habitáculo como impecable en la pista. Un campeón, sin lugar a dudas, y merecido más que el tercer puesto. Pero las satisfacciones para él llegarán con este Red Bull que realiza los test generales de cara a 2017. Aplausos abiertos también para Carlos Sainz, sexto con Toro Rosso después de seis carreras sin sumar puntos. Buen punto en la carrera de casa para Haas, décimo con Romain Grosjean.

Antonino Rendina

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