Ferrari, una calificación que da esperanza y ahuyenta los fantasmas del pasado...

Es un rayo rojo que atraviesa el cielo gris de Albert Park, y el Ferrari hace sentir a los hombres de gris con el aliento en la nuca, apuntando con decisión a la primera curva, al lado -casi en igualdad de condiciones- de aquel anglo-estadounidense. Reina alemana que hasta ayer parecía de otro planeta.

Doscientas sesenta y ocho milésimas, veintisiete centésimas, poco más de dos décimas y media separan el Ferrari de Sebastian Vettel del Mercedes del poleman Lewis Hamilton en la clasificación del GP de Australia. No hay prueba invernal que aguante, con el pie en la recta levantada, dudas sobre hipotéticas partidas de tres cartas y varias escondidas. Hablemos de cualificaciones, el momento clave en el que los protagonistas se ven obligados a quitarse la máscara y mostrarnos qué son y qué pueden hacer.

Y bueno, Ferrari, poco después del amanecer italiano, dio el impulso que tanto necesitaba, el respiro que hacía falta frente a un pasado reciente lleno de decepciones e incertidumbres. El SF70H es una joya del agarre, se mantiene en la pista y se puede conducir. Sebastian se emociona y lo lanza con fuerza, el coche es tan estable que perdona la ligera impetuosidad del pequeño alemán, que se mantiene detrás del Mercedes de Bottas y admite: "Un gran paso adelante, y la vuelta ni siquiera fue perfecta...".

Hace un año, el equipo rojo se clasificó a ocho décimas de las flechas plateadas, este año (nuevas reglas, bote auxiliar, máquinas espaciales pegadas al suelo) hemos caído a menos de tres décimas. Y el Cavallino ha agarrado con sus garras una primera fila a la que incluso le faltaba la pole position en Singapur allá por septiembre de 2015. Un año y siete meses después, Ferrari parece haber resucitado, y no importa si Mercedes sigue siendo el equipo más fuerte, si Lewis Hamilton vivirá un Mundial como gran favorito, también gracias a la incertidumbre de Bottas, que lucha por un debut complicado en el primer equipo por excelencia.

Sebastian Vettel ha dejado de lado los temores invernales al demostrar que Ferrari ha diseñado un coche rápido. La Roja es la segunda fuerza en la parrilla (¿dónde se ha ido el temido Red Bull de Newey?), pero sobre todo da la idea de poder darlo todo a Mercedes, corriendo en igualdad de condiciones, sin necesariamente tener conformarse con ser una presencia discreta en el podio, en el papel de dama de honor en los dobles de Brackley.

Vettel lo dejó claro metro tras metro, Ferrari quiere molestar a los alemanes, tienen la posibilidad de hacer sentir sus tacos desde la primera carrera y no tendrán que hacerlo dos veces. El pasado es un coche difícil de montar mezclado en el caos entre la tercera y cuarta fila. El presente es aire limpio y sólo el primer recodo por delante. Un inicio de temporada que todavía no es nada, pero que por fin ha dado un poco de certeza; Ferrari es competitivo. Esta vez no se trata de una suposición, sino de una observación.

Antonino Rendina

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