F1 | Viernes al revés: Ferrari sonríe, Mercedes llora por alas flexibles

Con los dientes apretados para no decirlo nunca en voz alta, Ferrari casi se sorprendió por su velocidad el viernes en Bakú. Comenzando tranquilamente y como un perdedor sobre el papel en un circuito que es una autopista en la ciudad, con un tramo final que es toda una recta enorme y otros tramos rápidos intercalados con curvas en ángulo recto muy poco imaginativas, el coche rojo sorprendió durante los entrenamientos libres.

El SF21, ahora en su sexta prueba de la temporada, parece poder confirmar todas las cualidades de un proyecto que nació bastante bien: el monoplaza está bien equilibrado, tiene tracción mecánica, tiene una buena eficiencia aerodinámica, es manejable y Utiliza bien los compuestos. El motor ni siquiera se ha parado, aunque la "caballería" sigue siendo el talón de Aquiles de Maranello respecto a sus rivales directos.

A la espera de la respuesta oficial a la clasificación, hay que notar un entusiasmo moderado por parte de Leclerc y Sainz. Ambos abanderados del Cavallino se dijeron sorprendidos por la velocidad de crucero de su coche entre los muros de Bakú, demostrando cierta facilidad para encontrar el tiempo por vuelta, síntoma de un coche poco problemático y fácil de "programar". Sin duda, el resultado de una correlación (por fin) precisa entre los datos de fábrica y la pista, entre lo virtual y lo real, indicaciones precisas de un crecimiento general del nivel del equipo.

Con Red Bull encarnando perfectamente el papel de favorito, los quejidos de Mercedes también sorprenden, demostrando que Brackley ve fantasmas por todas partes cuando pierde. Hamilton se queja de falta de agarre, habla de problemas, viene de la polémica de Montecarlo con el equipo. Toto Wolff está en pie de guerra, grita a los cuatro vientos que quiere presentar una denuncia contra los alerones flexibles de Red Bull, se basa en una supuesta irregularidad para justificar una superioridad de Milton Keynes que probablemente tomó por sorpresa a Mercedes y que provoca cierta molestia en quien no está acostumbrado a perder.

Y entonces aquellos que siempre han dicho que quieren más competencia y rivales con quienes competir por el bien del espectáculo, se quitan la máscara de la hipocresía y lloran. Red Bull vuela, Ferrari sonríe, Mercedes se queja. Que viernes tan extraño.

Antonino Rendina

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